El estado
de ánimo influye en los juicios sociales que se hagan sobre uno mismo y sobre
los demás, de forma que se van a elaborar los más positivos cuando se tiene un
estado de ánimo positivo y juicios negativos cuando ese estado de ánimo Es
negativo. Pues bien, nuestro estado de ánimo influye tanto en la
forma en la que percibimos e intercambiamos los distintos estímulos (personas,
situaciones o circunstancias) como en la forma en la que recordamos hechos
pasados y por supuesto, en los sesgos que cometemos en cada uno de esos
procesos. Es lo que se denomina efecto de congruencia con el estado de ánimo.
Según el
modelo de infusión del afecto propuesto por Farsas (1995), el estado emocional
influye en procesos cognitivos a través de dos mecanismos:
- · Afectando a la atención y a la Codificación de la información procedente del medio (se atiende y codifica mejor la información congruente con el estado de ánimo), y también a la activación de categorías y esquemas (evocando asociaciones y conocimientos congruentes con ese estado).
- · Y sirviendo de pista informativa para inferir nuestro juicio sobre un determinado estímulo (si estarnos de buen humor inferiremos que el estímulo me agrada, y si estamos de mal humor inferiremos lo contrario, aunque nuestro estado de ánimo en ese momento no tenga nada que ver con el estímulo).
El afecto
no sólo influye en la forma en la que procesamos la información y elaboramos
juicios, sino también en el contenido de la información que se procesa y se recuerda.
En concreto, se ha demostrado la existencia de dos tipos de
efectos que explicarían el impacto del estado emocional en la información que
se recuerda.
En primer lugar, el efecto del recuerdo dependiente
del estado de ánimo. Aquí la congruencia se produce en el estado de ánimo del
momento en el que se procesó la información y el que se tiene al momento de la
recuperación.
En el segundo efecto, establece una relación entre el
estado emocional y la valencia (positiva o negativa) de la información que se
recuerda.
Como se
puede ver, la diferencia entre ambos efectos es que en el recuerdo dependiente
del estado ánimo no importa la valencia de la información (por
ejemplo, estando de vacaciones podemos recordar que en las vacaciones del año
anterior nos comunicaron una mala noticia). Sin
embargo, en el segundo caso, sí es relevante la naturaleza evaluativa de la
información, que sea positiva o negativa.
Las estructuras cognitivas también
tienen impacto en las emociones. Los esquemas basados en experiencias
anteriores pueden incluir una etiqueta emocional. Cuando se activa un esquema (de
situaciones), no sólo se aplica el conocimiento almacenado en él, sino también
ese campo.
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